Una de las tres artistas que forma parte de la expo “Tres habitaciones propias” es Susana García Ungo, que ya tiene una larga trayectoria como artista plástica y con la que he tenido el placer de colaborar muchas veces. Le pedí que eligiese una obra suya de la expo para explicar el trabajo y el pensamiento que hay detrás de ella. Susana aceptó la propuesta y eligió la tela “Y el final del cuento pa’ cuándo”, una obra con la que te encuentras de frente nada más entrar en la sala del ayuntamiento viejo de Calpe.

Susana explica: – “Esta tela forma parte de un trabajo que consiste en dibujar quemando la tela con un soldador y añadidamente he introducido el hilo, es decir el juego entre el quemado y el hilo. La técnica del quemado me interesó mucho porque según la tonalidad de la tela y también según la composición varia mucho el juego de la luz atravesando el agujero quemado. Por ejemplo, en una tela negra no se ve a penas, más que cuando le pones luz, entonces es como de repente se ilumina… En las telas de raso, como ésta, se necesita poner una tela negra por detrás porque se ve muy poquito también. Y en telas de algodón el quemado le da un color dorado tirando a marrón muy bonito. Es decir, voy investigando, voy encontrando diferentes resultados y forma parte de un trabajo que llevo haciendo desde hace tiempo de las mujeres.
De hecho, el motivo asemeja a una colcha con estos juegos de rombos y de los dibujos que suele haber en las colchas – estos son vaginas – y esta idea salió del confinamiento, de una grabación de Pepa Bueno donde decía estas palabras: “Puta o virgen, bruja o santa, cuidadora o contagiadora”. Esto es entorno a estos bulos que se dispararon en torno al 8M que estos partidos, especialmente Vox, y los de la derecha utilizaron para arremeter contra el feminismo. Entonces, es un poco lo de siempre. Esa dicotomía donde las mujeres siempre salimos mal paradas. Y luego añadí esta frase de “y el final del cuento pa’ cuándo” como un guiño, para decir que hasta aquí, ya vale,¿no?. Y esa fue la idea de bordar.
Llevo haciendo algún otro trabajo donde hay una leyenda bordada, por ejemplo en las balconadas de Art al Vent de este año que es un trabajo sobre las brujas. Y de allí un poco continué esta linea haciendo algunas variaciones. El bordado es una manera de dibujar, y antes el feminismo empezó bordando como una manera de rescatar el trabajo tradicional de las mujeres. Ese trabajo que han hecho tantas veces las mujeres en silencio pues salía a la calle, a los museos, era una manera de reivindicar… Y por otro lado, tanto el bordado como el quemado son técnicas que a mí me gustan porque son técnicas lentas. Y son técnicas… la traducción simbólica vendría a ser que las cosas no son como nos dictan: instantáneas, inmediatas, sino que las personas necesitamos tiempo para todo. Entonces es una manera de reforzar esa idea que las personas necesitamos tiempo y que lo valioso casi siempre tiene tiempo por detrás y además de eso, ayuda también a tener la mente tranquila. A mi me ayuda a tener la mente tranquila y en el tema de las mujeres esto me parece especialmente importante porque quizás también socialmente se da mucho valor a las emociones, pero las emociones tienen que ir siempre de la mano de una mente tranquila que puede discernir bien. Y bueno, es un poco el trasfondo de esta técnica.”
