Desde hace algún tiempo estoy indagando sobre el placer femenino. El tema me interesa por varios motivos. Uno es porque socialmente a las mujeres se nos educa más bien para sufrir que para disfrutar, por ejemplo con el mito del amor romántico, del que ha escrito en español Coral Herrera entre otras. Es un tema muy amplio que creo que puede dar mucho de si en cuanto a inspiración, y he empezado a trabajarlo en mis obras.
En la expo “Tres habitaciones propias” que está en Calpe hasta el 31 de julio tengo una serie de dibujos con el título “El placer que habita en mi” que es un intento de conectar con el placer a través de la obra y del proceso de hacerla. En los dibujos se ven formas orgánicas, no figurativas que llevan el pensamiento al cuerpo humano/la naturaleza y el placer sexual. Naomi Wolf, en “Vagina: una nueva biografía de la sexualidad femenina” da a entender, entre otras cosas, que hay una la posibilidad de empoderamiento personal en la toma de conciencia del placer que hay dentro de nuestro cuerpo. Quiero seguir trabajando sobre este tema a ver qué pasa, es un proyecto que puede ser muy amplio. Las preguntas que me rondan por la cabeza son ¿Qué pasaría, tanto a nivel personal como a nivel social, si las mujeres descubriésemos y nos permitiésemos todo el placer que hay en nosotras?, rompiendo así con las ideas que he mencionado antes de que el dolor o el «aguantar» tiene que formar parte de nuestras vidas, por el hecho de ser mujeres. ¿Tendría este cambio de conciencia consecuencias en otras áreas de nuestras vidas, no solamente en lo que se refiere al placer sexual?